JUNTOS PERO NO REVUELTOS.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Daza Romero.

Ya sé por qué.  Porque sí. Porque eres tú el primero. No el primero en darme un beso, ni en hacerme reír. Ni siquiera el primero en decirme te quiero. Pero sí eres el primero en enamorarme de verdad, en enseñarme de que trataba todo esto del amor. Que no consiste solo en caricias, ni en caminar de la mano por la calle, ni en besarse en cada semáforo en rojo. Tampoco es llamarse todos los días, ni dar una perdida cada vez que piensas en él, ni enviarse mensajes sin ton ni son de madrugada. No. Es mucho más. Mucho mucho más. Que justo cuando creo que no se puede querer más a una persona me sorprendo a mi misma. Porque cada día te quiero más. Que cada día quiero estar más tiempo contigo, más aún. Y es que no sé cómo lo haces, nunca podré entenderlo, pero me haces ser adicta a ti. A todos tus besos, especialmente a nueve; a tus mordiscos de caníbal, a sentir tu respiración en mi oído y ver tu sonrisa cuando ves que me resisto. Soy adicta a todas esas camisas. Adicta a todas esas caricias que recorren mi cuerpo. Y a tu pelo. Si, ese pelo. Soy adicta a cada te quiero, incluso a cada te amo. Soy adicta al olor de tu ropa, que aunque no lo creas me fijo en esas cosas. Soy adicta al césped, sí, por tu culpa. Adicta a hacer el amor contigo. Solo contigo. Pero sobre todo soy adicta a quererte. Y es que tú me controlas. Controlas los latidos de mi corazón y todos los escalofríos que recorren mi cuerpo, controlas cada una de las partes de mi cerebro. Cada sonrisa es por ti, pero también cada lágrima. Porque lo intento explicar pero no lo consigo entender ni yo. Te quiero porque eres perfectamente imperfecto. Capaz de enamorarme. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

gotas de agua